domingo, 7 de septiembre de 2014

Llega el momento de la despedida, la amarga despedida. Las voces tiemblan, las miradas hablan, los labios lloran, las manos sudan y los recuerdos te invaden; recuerdos que hora de desvanecen en el viento, se van y no regresan, pero tampoco es el final. Así como diremos adiós, así nos volveremos a encontrar. Así como nos abrazamos poco antes de tomar distancia, estrecharemos nuestros cuerpos en aquel instante en que los volvamos a encontrar.

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